La Salud Ambiental y su Gestion

“Tener un ambiente sano y agradable, en armonía con la naturaleza, es un derecho básico del ser humano” remarca el Técnico Superior en Gestión Ambiental y Comunicación Social de INTERBIOESTRATEGIA I.B.E. Sr. Cristian Frers.

Enfatiza que para generar proyectos sobre la salud ambiental se requiere un mínimo de intercambios y de acuerdos previos y de inmediato utiliza como comunidad de referencia a la ciudad de Carmen de Areco en la administración bonaerense de la  República Argentina.

Basado en este modelo esboza con eficiencia una estrategia sanitaria y medioambiental aplicable a poblaciones similares en todo el planeta.

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LA SALUD AMBIENTAL Y SU GESTION

 

El ambiente y el estilo de vida tanto como la situación política, social y económica son determinantes de la situación sanitaria y la sensación de bienestar de cada persona: un ambiente sano en cada hogar y en cada comunidad es una necesidad básica e inherente a la dignidad humana.

 

La salud ambiental implica el desarrollo de actividades de investigación, normatización, capacitación, vigilancia, control y minimización de causales de las condiciones ambientales que afectan negativamente la calidad de vida de la población, en el marco de la promoción y la protección de la salud.

 

El estado de salud de las personas es una consecuencia rápidamente perceptible del deterioro del ambiente y no es extraño que las primeras manifestaciones de los problemas ambientales se vean reflejados en la salud de la población, tanto los originados por los déficits de los servicios sanitarios como por la contaminación del aire, el agua y el suelo o por las condiciones de los lugares de trabajo. Tener un ambiente sano y agradable, en armonía con la naturaleza, es un derecho básico del ser humano, indispensable para poder realizarse en la sociedad.

 

Ocuparse de la salud ambiental implica buscar una significativa disminución de patologías asociadas a las deficiencias de las condiciones ambientales y de los servicios básicos a través de tareas que minimicen estos factores de riesgo para la salud de la población. Esto supone implementar políticas y planes de ordenamiento territorial que incorporen instrumentos para la gestión del riesgo; promover y vigilar la calidad del agua de consumo humano a los efectos de lograr una sensible disminución de la incidencia de las enfermedades de origen hídrico; impulsar la extensión de redes de distribución de agua potable; fomentar la extensión de redes cloacales y el tratamiento de aguas servidas y excretas; contribuir a la aplicación de políticas saludables en relación con escuelas públicas y áreas carenciadas; propender al manejo sanitario integral mediante una adecuada gestión de los residuos sólidos y en particular de los patogenos; promover la instrumentación de estrategias para la reducción de superficies sometidas a la erosión; incentivar medias para la gestión y mitigación de los efectos de desastres, entre otras acciones.

 

 

A la vez, será necesario promover el fortalecimiento de la incorporación del componente sanitario ambiental en la educación formal y no formal y la instalación de emprendimientos productivos limpios que hagan énfasis en el uso racional de la energía y en el empleo de energía renovable; controlar la proliferación de vectores como roedores y otras plagas que se constituyan en un eje de riesgo para la salud de la población; identificar áreas de riego mediante técnicas de monitoreo y análisis ambiental debido a deficiencias de la calidad de aire, tanto interior como exterior, el agua, los suelos, la vivienda y los alimentos; incorporar los principios de la epidemiología ambiental para el mapeo de áreas de riesgo y, por último, contribuir y colaborar con el diseño, funcionamiento y control de las instalaciones de los servicios sanitarios.

 

Abordar el problema de la salud ambiental en el municipio es una ocasión para hablar de lo que nos está pasando. Escucharnos es estar dispuesto a respetar aquello que va más allá de lo que se espera oír. Es aceptar lo que es, aunque sea distinto de lo que conocemos o elegimos. Es necesario proponer o promover la reflexión sobre la salud ambiental en la propia localidad, valorarla y proponer alternativas saludables.

 

Para generar proyectos sobre la salud ambiental se requiere un mínimo de intercambios y de acuerdos previos, sobre como se abordará el tema. Para intervenir en la localidad habrá que indentificar el eje de riesgo, esto es, el riesgo ambiental. Se sugiere como metodología para lograr tal propósito seguir estos pasos: detectar el riesgo, evaluar la situación, hacer un diagnóstico, formular una propuesta de proyecto de solución técnica y económicamente viable, aprobar e implementar el proyecto propuesto, poner en marcha el proyecto y, por último, evaluar los resultados y realizar correcciones de ajuste.

 

Se podría organizar un proyecto de prevención, como por ejemplo una campaña de cuidado de la salud ambiental en la comunidad, a través de la elaboración de materiales para la comunicación: un folleto, un video, un programa de radio, mega afiches con imágenes y consignas, una producción de graffiti, entre otras actividades. Si se ha planteado armar redes con la comunidad, hasta los niños y adolescentes pueden elaborar mensajes para difundir, instituyéndose en agentes de prevención. Siempre que se plantee el objetivo de realizar una campaña de prevención, es importante que previamente se analicen los mensajes de prevención que circulan: cuáles nos impactan y en qué sentido, cuáles nos permiten actuar y cuáles no, a quiénes están dirigidos. Luego se orientará la ponderación de estas alternativas, invitando a considerar su pertenencia, los pro y los contras y la posibilidad de que las mismas sean sostenidas en el tiempo. Si no se tienen en cuenta cada una de estas actividades, no es conveniente embarcarse en una campaña, porque la tendencia será reproducir, tal vez con más crudeza, los mensajes que tratan de infundir miedo y angustia.

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Para aplicar todo esto en la Localidad de Carmen de Areco, en el Municipio se debe entender que la misión se basa en la planificación, organización, control y evaluación de las actividades interdisciplinarias tendientes a preservar o mejorar la salud del individuo y del cuerpo social al que pertenece, mediante acciones específicas dirigidas al ambiente urbano y rural.

 

Basadas en las siguientes medidas:

 

Elaborar el Programa Municipal de Salud Ambiental.

 

Controlar y evaluar las actividades de los Departamentos que la componen y de los niveles operativos zonales y locales.

 

Organizar el sistema municipal de información de actividades efectuadas en el marco de los programas del área.

 

Coordinar actividades intrasectoriales y extrasectoriales con Municipios y otros Organismos Provinciales y Nacionales.

 

Supervisar las actividades de campo efectuadas por el personal de Salud Ambiental.

 

Asegurar la operatividad de las unidades zonales y locales de Salud Ambiental y de los programas específicos del área.

 

Organizar y supervisar la Residencia en Salud Pública Veterinaria.

 

Auditar las rendiciones de gasto y recaudación efectuados por las unidades regionales y de salud ambiental.

 

Que el ambiente deteriorado enferma no es una novedad, pero sí representa un nuevo escenario. Antes la salud ambiental se vinculaba a condiciones puntuales como los efectos de la contaminación nuclear o ciertas profesiones peligrosas, y se creía que la ciencia resolvía cualquier problema. Ahora, el adelgazamiento de la capa de ozono, la gestión de los residuos, la calidad del agua, y los riesgos ambientales que el ser humano todavía no sabe manejar, sumados a la pobreza y la marginación, brindan un panorama más complejo que afecta a la salud pública.

 

 

 

Cristian Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social – E-mail: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

 

 

 

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