POR UNA BIODIVERSIDAD AMERICANA
El 12 de Octubre no es un día para conmemorar ni celebrar
POR UNA BIODIVERSIDAD AMERICANA Ensayo de Martín Alvareng:
Rehacer la historia será justicia En estos días en que he escuchado y he visto la conmemoración del Día de la Raza o el Día de la Hispanidad, me he preguntado sobre aquello sobre lo cual muy pocos se cuestionan: “el sinsentido del encuentro o el abrazo entre dos mundos" y se vuelve imperioso ver su cara relativamente oculta en cuyo trasfondo se halla el origen de la tragedia de los pueblos precolombinos.
El proceso de la conquista y colonización significó el extermino de numerosos conglomerados humanos ya organizados con sus respectivas lenguas y culturas, no obstante el advenimiento posterior del mestizaje y de la interculturalidad, de la inauguración paulatina de una Latinoamérica Mestiza y de una América Central y Caribeña en profusión de ensambles étnicos, que hoy día ofrecen la estimulante energía de un abanico de memorias que se actualizan en el presente con la estructuración de inéditos valores y de rasgos, en un acervo que recorre transversalmente y en zigzag a todo el continente. De la hecatombe a una navidad, de la desolación a una promesa de salvación No tiene desperdicio este pensamiento del novelista mexicano Carlos Fuentes: “Somos, todos nosotros, en Iberoamérica, los testigos del acto terrible de nuestra propia muerte y de nuestro nacimiento inmediatos. Tenemos todos ante la mirada del presente el acto que nos gestó en el pasado. Testigos eternos de nuestra propia creación, los descendientes de españoles e indígenas en América sabemos que la conquista fue un hecho sangriento, cruel, criminal. Fue un hecho catastrófico, pero no fue un hecho estéril”. Desde aquí deberíamos comenzar a reflexionar evitando una ingenuidad rayana a la estupidez, focalizando y asumiendo el pasado como lo que fue, un Apocalipsis más que anticipado, incorporando la idea práctica de que nuestro nacimiento fue una dolorosa y prolongada dialéctica en convergencia y fricción desmesuradas entre la historia y la ficción, entre el dominadores (aquéllos que llegaban) y los dominados (los dueños originales y milenarios de estas tierras). Pero como fundamentalmente es imprescindible enfocar el comienzo de América como fenómeno de sometimiento y genocidio, en la óptica de una antropología dinámica (léase marxismo) por lo menos como primera y básica comprensión, no es desatinado señalar que también se va dando paralelamente - más allá del cruce compulsivo y violento - una subterránea y alternativa fusión en la experiencia de culturas de contacto, que postula la corriente antropológica del difusionismo. Según Octavio Paz, nosotros tenemos nuestro origen en España y nuestro horizonte es el suelo latinoamericano. Afirmación susceptible a la controversia y a la impugnación, aunque algo de verdad - limitada, por cierto - tiene el Premio Novel, gran poeta y pensador del continente. Digo, en cierto modo, impugnable porque Paz toma una posición unilateral (por lo menos en esta circunstancia) al no incorporar en su criterio nuestro origen que dimana de los antiguos dueños de estas tierras; asimismo, el horizonte citado por el poeta puede ser recreado con el plus en una proyección que inserta al primer mestizaje étnico y cultural acoplándose a una posterior multiculturalidad abierta y crítica. El mismo Carlos Fuentes y Alejo Carpentier, coinciden en la potencialidad de la patria grande en la afirmación del sentido de pertenencia a través del mestizaje y de la apertura a una interculturalidad que nos coloque en un peldaño privilegiado de este nuevo milenio en Occidente. Pero la ascensión de este peldaño no puede dejar de lado la perspectiva indoamericana y la visión afroamericana en los niveles de inclusión. Fuentes, Octavio Paz y Carpentier se reconocen como mestizos, pero estimo que no se detienen en el gran esfuerzo de una identificación hacia una alteridad que se salga del ámbito de lo que ellos aceptan como fenómeno identitario: el apareo de lo aborigen con lo europeo, la fusión lo blanco y de lo afro y de lo afro con lo aborigen, intersección variada que da como resultado la mezcla alquímica del aborigen, del zambo, del mulato y del europeo, en la gestación del tronco genealógico de una “raza cósmica” (José de Vasconcelos). Debemos ir más allá, y experienciar una alteridad inédita de reconocimiento al otro en su civilización genuina y, al mismo tiempo, no olvidar que no existen culturas químicamente puras, pero sí con una relativa y cierta personalidad colectiva avalada por su memoria social. Perspectiva reivindicatoria de los condenados de la tierra En ocasión de un encuentro entre referentes de distintos países que debatían el logro de un equilibrio de justicia y de convivencia en el mundo, la nativa de ascendencia maya y también Premio Novel de la Paz, Rigoberta Menchú, habló desde su pueblo, su cultura y su lengua originarios, articulando esta posición con todas las culturas del planeta, en un gesto inédito de inclusión pluralista, preservando el ethos singular del destino de cada comunidad al postular una armonía que pasa por la prudencia y el equilibrio, la moderación y la discreción, con algunas frases sencillas pero impactantes: “Cada uno debe tomar sólo lo que necesita, pero no más”, y agregó lo siguiente “Mucha gente está interesada en tener más, más y más, sin importarle si eso mismo no estaría dañando a su semejante”, también destacó la sabiduría maya a través de palabras que trasuntaban la valoración del colectivo humano, ecuménico y ancestral del animismo a lo largo y a lo ancho de América, dando fe de una herencia que aporta un valor agregado de advertencia a todas las culturas, por una integración fraterna, distributiva y pacífica integrado el espacio-tiempo de la mundanidad del Siglo XXI. En consecuencia, la formulación de Rigoberta – expesada en el Foro de la Alianza para una Nueva Humanidad, presidida por Deepak Chopra - , se debería extender a los reclamos de los afroamericanos aún excluidos que se agregaría junto a otros desclasados a la macro exclusión del eje Norte Sur, perpetrada - con características de aceleración - por Estados Unidos y Europa a través de la concepción despiadada de la ideología neoliberal. No es aleatorio decir por ejemplo que conmemorar el Día de la Raza sería como pedirles a los afganos y a los iraquíes, cien años más tarde, que conmemorasen el día de la invasión de sus países como la fecha de “la conversión de Irak y de Afganistán de pueblos bárbaros a pueblos civilizados”. Volviendo a lo nuestro, no se puede destacar un día del año del resto de los días por el comienzo de una tragedia aunque desde esa tragedia, los americanos hayamos construido en el devenir un signo positivo de irradiación en nuestro propio destino. Pero es lícito actualizar la discriminación y la explotación, porque desde su independencia la ex Nueva Inglaterra, Estados Unidos, se mimetizó en especial con Gran Bretaña, y en general con la Europa conquistadora, por ello recalco el concepto de indoamericano y lo afroamericano en su localización periférica en Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, desde el Río Grande hasta ese fin del mundo que se prolonga en el preludio del continente antártico. Día de la Biodiversidad en sustitución del Día de la Raza Quinientos veinticinco años de un bombardeo y de una globalización balbuceante pero impiadosa, sin tecnología letal de punta pero con armas de fuego, con la intención de búsqueda de riquezas por cualquier medio, exterminando y esclavizando a los naturales. Más adelante, la industria de los recursos humanos de exportación, por determinación de los blancos en cuanto a que la raza negra no era humana sino animal. La caza de los hombres de color: trasladados y trasplantados masivamente al “nuevo” continente. Doble duelo, uno focalizado en el holocausto de los hijos de Abya Ayala (Tierra Fecunda), al que los invasores llamaron América; el otro, las etnias africanas sometidas que llegaban para sumar esclavitud a la esclavitud de la que eran objeto en un genocidio en secuencias, en el maltrato, el sometimiento, el castigo, la tortura y la muerte. ¿12 de Octubre, Día de la Raza? No, de ningún modo convalidar ese latrocinio y esa depredación. Postulo para esa fecha EL DÍA DE LA BIODIVERSIDAD CRÍTICA AMERICANA, un día de reflexión ecológica en todos los niveles para tirar sobre una mesa real e imaginaria proyectos y acciones acerca de la defensa de la vida, de la vida salida del etnocentrismo y dirigida al biocentrismo, de la protección de toda criatura viviente: homo sapiens, animales, vegetales, minerales en una partitura mental cuestionadora que una la inteligencia con los sentimientos, la utilidad con la afectividad, la voluntad social con el acontecimiento comunitario, en un ciclo histórico de reparación de los desheredados de toda índole, traducida en la devolución y distribución de la tierra, en el ejercicio de los derechos sociales, económicos y políticos expresados en la autodeterminación y soberanía de las mayorías y de las minorías en un espacio múltiple de espiritualidad. No podemos seguir mintiéndonos a nosotros mismos. No podemos tapar el sol con las manos ni ocultar una verdad tan evidente como la respiración, tan palpable como el pulso y la animación del soplo vital que nos está diciendo de modo intermitente que es imprescindible una Conciencia Ecológica, una Ética de la Cosmología para instaurar situaciones morales no de inhibición sino de espontaneidad y tolerancia, apelando a la armonía entre razón e imaginación, entre goce y serenidad, entre deseo ilimitado y deseo controlado plásticamente por una libertad responsable.